Agosto
24 de 2012
Hablar
de sexo con mis papás: ¡qué incomodidad!
La juventud avanza a pasos agigantados en
la vida y pareciera que los jóvenes andan afanados buscando nuevas cosas que
los transformen en adultos. Muchas veces, los padres de familia se alarman por
la vida que los jóvenes quieren llevar: consumo de alcohol y drogas desde la
primaria, relaciones sexuales precoces, salidas a rumbear hasta bien entrada la
noche y otras conductas que los “viejos” – léase los papás – no entienden ni
aceptan.
La sexualidad es un tema ausente en muchos
hogares desde antes de que los hijos lleguen a la adolescencia y se vuelve más
invisible cuando los chicos y chicas sobrepasan los 18 años. ¿Por qué ocurre
esto? Por la incomodidad y vergüenza que el tema de sexo causa en los adultos
que contribuye a que los hijos crezcan en el silencio y se vaya volviendo cada
día más difícil hablar de algo que estuvo vedado todo el tiempo.
Así como los adultos prefieren callarse
ante los hijos en los temas sexuales, los hijos también se avergüenzan o
incomodan cuando surge una situación que revela su propia sexualidad. Sin
embargo, la sexualidad debe ser un tema abierto y espontáneo en cualquier
familia moderna, por lo que los jóvenes deben aprender a hablar de sexo con “sus
viejos”.
¿Cómo hablar de sexo con los padres?
§ Lo primero que
debes hacer es educarte en sexualidad si tus padres no lo han hecho. Los
jóvenes actuales manejan perfectamente el internet y las redes sociales; si les
sacas provecho podrás obtener toda la información positiva que requieras acerca
del sexo buscando en las páginas de sicología o sexología. Así como duras horas
y horas frente al computador, busca resolver tus dudas sexuales en la red
durante unos cuantos minutos diarios.
§ Cuando se
presente un motivo de conversación en la familia acerca del sexo, no pongas
cara de que no sabes nada; seguramente a tus papás les da pena conversar sobre
el tema. Habla espontáneamente sobre lo que conoces del asunto tratando de
ajustar tu lenguaje a la edad y educación de los adultos presentes. No vas a
hablar de sexo con tus abuelitos de la misma manera que lo harías con unos
papás jóvenes.
§ Reconoce que tus
vivencias sexuales, sean pocas o muchas, no van a ser de obligatoria aceptación
en tus padres. Es posible que hayas iniciado tu vida sexual y que tus papás no
lo acepten; si ya eres mayor de edad y “tus cuchos” se oponen a ello, tienes la
opción de seguir tu vida sexual a pesar de los regaños y peleas de los adultos,
o bien, independizarte y empezar a asumir las responsabilidades propias del
joven que se va de su casa paterna.
§ Todos tenemos el
derecho a preservar nuestra intimidad. Por ningún motivo, un joven está
obligado a contar si tiene o no relaciones sexuales, si toma anticonceptivos o
si tiene un noviazgo. Lastimosamente en muchas familias las jovencitas son
maltratadas por sus papás cuando sospechan o descubren que tienen una pareja.
Si deseas hablar del tema con los adultos, trata de hacerlo con asertividad en
un ambiente propicio de diálogo y respeto. Si crees que no puedes hacerlo sola,
busca el apoyo de un familiar o amigo cercano de tus papás.
§ Busca construir
puentes de comunicación con los adultos. La sexualidad en la juventud es más
enriquecedora cuando existe confianza con los papás para resolver dudas o pedir
consejos; no siempre los amigos de tu edad van a ser los mejores consejeros. Si
tus padres son renuentes a hablar contigo de sexo busca aliados en tu tío, tu
madrina o un consejero.
§ La sexualidad en
la juventud debe asumirse con todas las consecuencias que pueda traer. Así que
debes prepararte con responsabilidad para una vida sexual activa; busca
asesoría médica en planificación familiar y prevención de infecciones.
Igualmente, la madurez que vayas adquiriendo te mostrará que el abuso de
alcohol y otras sustancias causa problemas que pueden dañar tu vida y la de los
demás. ¡La juventud no es sinónimo de vida loca!
Agosto 8 de 2012
La eyaculación precoz
J. llega a la consulta
un poco tímido para contarme que tiene una eyaculación precoz desde que inició
su vida sexual. Tiene 28 años y las parejas que ha tenido le han criticado su
desempeño “por venirse rápido”; esto lo aleja de la posibilidad de tener novia
y se siente muy deprimido e inseguro.
M. es un hombre casado,
de 45 años, que presenta eyaculación precoz desde hace cinco años. Su esposa lo
acompaña a la consulta pero manifiesta rabia porque él nunca antes había
querido buscar ayuda, excepto alguna vez que compró una crema “retardante” en
un sex-shop. Ambos están profundamente insatisfechos al punto de que duermen en
habitaciones separadas y pelean todo el tiempo.
Los dos casos anteriores
son una pequeña muestra de los hombres que padecen eyaculación precoz y que
esconden su problema sexual porque les da pena, piensan que pueden mejorar con
el tiempo o acuden a tácticas poco exitosas como respirar profundo o pensar en
algo diferente mientras realizan el coito. Con el tiempo, la eyaculación no
mejora y aumenta la angustia porque saben que dejarán insatisfechas a sus
parejas y, a su vez, aumentará la insatisfacción en ellos mismos.
La eyaculación precoz es
la disfunción sexual más frecuente en los hombres jóvenes; se habla de un 30 a
35% de varones que la padecen en el mundo. Ocurre cuando el hombre no puede
ejercer control sobre su eyaculación de modo que “llega” al orgasmo más rápido
de lo que realmente desea.
Para calificar a un
hombre de eyaculador precoz, los sexólogos consideramos un tiempo menor de 3 a
4 minutos después de la penetración, o aquel que eyacula antes de la
penetración; incluso, algunos pacientes confiesan que sólo con el inicio de las
caricias, sin quitarse la ropa, ya están eyaculando.
Algunas veces, un hombre
o su pareja piensan que hay una eyaculación precoz porque ella “es demorada”
para obtener su orgasmo. En este caso es preciso revisar con cuidado la calidad
de los estímulos que recibe la mujer que, sin son pobres o de corta duración,
probablemente no le faciliten su clímax y creen entonces que el problema es del
hombre.
Otras veces se observa
que el hombre tiene encuentros sexuales espaciados, como el caso de aquel que
trabaja en otra ciudad y al regresar a casa, llega con mucha ansiedad y su
eyaculación será más pronta de lo esperado. Esta situación mejora a medida que la
pareja va teniendo otras relaciones íntimas en los días siguientes.
¿Qué
causa la eyaculación precoz?
Se considera que toda
experiencia sexual temprana que no permite que el hombre aprenda a detectar la
señal que le envía el reflejo eyaculatorio, puede causar esta disfunción. Por
ejemplo, los abusos sexuales en que el niño es inducido a masturbar a un adulto
o la iniciación sexual de un adolescente en ambientes poco adecuados, se
consideran situaciones generadoras de eyaculación precoz.
Otros casos que originan
este problema sexual son el estrés, la depresión y la ansiedad, que se
trasladan de manera inconsciente a la mente del hombre, impidiendo que pueda
percibir la señal eyaculatoria. Esto explica la eyaculación precoz que aparece
en un hombre que nunca antes había tenido problemas sexuales.
El tratamiento para
corregir una eyaculación precoz se basa en medicamentos que buscan eliminar la
ansiedad e inseguridad y permiten un mejor control eyaculatorio. Junto con los
fármacos se recomiendan unos ejercicios que entrenan al paciente para que
detecte a tiempo el momento pre-eyaculatorio y pueda controlar su propia
eyaculación.
La terapia sexual para
la eyaculación precoz es exitosa en la mayoría de los casos y se requiere unos
pocos meses de perseverancia y disciplina para obtener el éxito que se espera.
Es importante recordar que la pareja es fundamental en el tratamiento, tanto
para tener en cuenta su grado de satisfacción sexual como para motivarla a que
le brinde apoyo y confianza a su compañero; por eso, su compañía en las
consultas garantiza unos resultados más rápidos.
El mejor consejo que le
puedo ofrecer a un eyaculador precoz es que su problema tiene solución y que no
es el único en el planeta que presenta esta disfunción sexual. Concientizarse
de que algo está fallando en su sexualidad es el primer paso; el siguiente es
dialogar con su pareja y buscar ayuda profesional.
Para comentarios y conferencias escríbeme a edusex60@gmail.com
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