Tres enemigos del placer de la mujer

Las mujeres de ahora no se quedan calladas esperando que su hombre haga todo por ellas en la cama. !Menos mal que eso cambió! Cuántas de nuestras antepasadas no callaron una terrible frustración sexual puesto que no era bien visto que ellas reclamaran por unos mejores polvos.

Sin embargo, muchas de mis compañeras de género todavía se atascan en una encamada desastrosa por detalles visibles o invisibles que acaban cualquier chispa de deseo que había en ellas.

Les voy a plantear tres enemigos del placer femenino para que los identifiques y le pidas a tu pareja que los corrija urgentemente antes de que te vuelvas más fría que una osa polar:

1. El hombre que es brusco para acariciar tu cuerpo, especialmente los senos y el clítoris. ¿Por qué se les hace tan difícil aprender que nuestro cuerpo no es de yeso y que, incluso, sentimos más que ellos cuando de juegos eróticos se trata? Morder duro los pezones, o tocar el clítoris como si fuera un timbre, son dos errores fatales que si un hombre no los corrige pronto, estará destinado al rechazo de su pareja.

2. Compararte con las mujeres anteriores con las que se ha revolcado, ya sea del siglo pasado o de meses recientes. !Por Dios! Chicas, no dejen que eso ocurra la primera vez porque, de ahí en adelante, cualquier rasgo de tu cuerpo, tus movimientos o tu forma de acariciarlo, van a ser objeto de frases como: "ella tenía los senos más grandes", o "por qué no te mueves como lo hacía mi ex". Terribles comentarios y odioso el  hombre que hace esto.

3. Un hombre que no tenga buena higiene corporal debe ser castigado con el látigo del "contigo no". Si él tiene mal aliento, una cara sin afeitar más rasposa que una lija, o sudado después de un día de trabajo, no te expongas a sufrir sosteniendo una relación con la cara volteada hacia un lado para evitar percibir sus malos olores. Ah! y qué decir de los que se ponen los interiores más viejos y rotos que tengan para un encuentro romántico contigo. Pídele que se asee y que compre aunque sea unos calzones nuevos antes de que salgas corriendo despavorida.

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Año nuevo, buen sexo

Llegó un nuevo año con propósitos y promesas que cada uno de nosotros se propone cumplir.

¿Por qué no agregamos a esa lista un paquetico de cosas por mejorar o cambiar en nuestra vida sexual?

Seguramente que, más de uno, tendrá por ahí muy oculto una queja o molestia en la manera como vivimos la sexualidad con la pareja. Te propongo revisar ese secreto que no le has contado a nadie pero que sabes que te mortifica y te impide disfrutar locamente en la cama.

Este es el primer propósito que debes llevar a cabo: concientizarte de que ese "algo" molesto o frustrante en el sexo, está contigo y no lo quieres reconocer. Quizás sientes un poquito de dolor y te lo aguantas, o llegas muy rápido y te haces el loco mintiéndote a ti mismo. Revisa esos detallitos que te molestan pero lo ocultas una y otra vez, para que busques la solución.

La segunda meta para este año es mejorar la comunicación sexual con tu pareja. A veces esperamos que el otro adivine lo que necesitamos: más caricias, un toquecito más arriba o más abajo, o unas palabras de amor; y pecamos por no hablar, no pedir, no sugerir. Ya es hora de revisar el tipo de lenguaje que tenemos en la cama y dejar de jugar al teléfono roto.

Una tercera meta para mejorar la vida sexual es romper la rutina que se ha convertido en la primera enemiga de la intimidad en la convivencia. Si llegamos cansados en las noches, entonces abramos los domingos unas horitas de momentos de pasión.

Si, por ejemplo, tenemos que hacer oficios domésticos los fines de semana, pídamosle a nuestro compañero que nos ayude para terminar rapidito y tener más momentos para descansar y revolcarnos en la cama. Cierto que suena bien el negocio?

Cualquier cosa que rompa la monotonía y nos estimule la calentura sexual, debe ser bienvenida en el nuevo año. Este propósito me encanta porque nos ayuda a salir del aburrimiento y nos incentiva a buscar alternativas de nuevas poses, cambio de ambiente o cosas atrevidas por probar con la pareja.

Para finalizar, la última meta sexual es enriquecer nuestro erotismo. Sentirnos atractivos, hacer ejercicio, leer mucho sobre sexo, y desafiar los tabúes con los cuales nos criaron, nos alimenta el ego y nos hace sentirnos deseables.

A trabajar entonces, mis amigos, por una vida sexual renovada en este año que comienza.

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