martes, 24 de junio de 2014

Que tu apetito sexual no sea pretencioso


Hola amigos, aquí estoy de nuevo con ustedes. En las últimas semanas, varios pacientes han llegado inquietos a la consulta porque dicen no entenderse con su pareja en la intensidad de las relaciones sexuales que desean tener.

Me explico mejor: muchas personas creen que el apetito sexual de cada uno debe coincidir con el de sus parejas; es decir, si yo tengo ganas de sexo, la otra persona debe estar en disposición mía y no lo entendería si no es así. ¿No les parece esto un poco pretencioso y egoísta? ¿Acaso, comparándolo con el deseo de comer un alimento, cuando yo quiero pollo mi pareja tiene que comer pollo también en el momento en que yo lo pida? Ummmm....

Esa falsa apreciación lleva a muchas peleas e incomprensiones en la vida sexual de un gran número de gentes. El deseo sexual es una respuesta al influjo de una zona cerebral, asociado a la liberación de las hormonas sexuales que ocurren cuando hay un pensamiento, una imagen o una caricia; pero ese deseo también está influenciado por los sentimientos, pensamientos y actitudes personales. Eso explica el por qué cada uno de nosotros tiene una especie de termómetro que gradúa la calentura sexual propia.

Si pretendemos que nuestra pareja esté a tono con nuestro termómetro sexual, caemos en el error de pensar que todos somos iguales; y es que ni en la sexualidad somos repetibles. De manera que enojarse porque la pareja no accede todo el tiempo al apetito sexual de nosotros, más que una falta de conocimiento de la sexualidad, es una vana pretensión.

Si te identificas con esta situación, te invito a revisar los mitos que tienes sobre el deseo sexual y concientizarte acerca de eso. Una cosa es seducir y alimentar la libido de tu pareja con videos, cenas románticas o hasta con cocteles "bombas" que prometen alborotar las hormonas, y otra es aceptar que tu media naranja es menos caliente que tú sin que te alteres ni dejes de hablarle porque no quiere echar los mismos polvitos que tú.

El instinto sexual se puede manejar de varias formas: distrayéndonos con algo, haciendo deporte, pensar en algo que no tenga contenido sexual, o masturbándose como último recurso. Recuerda que no somos animalitos sin control; tenemos cerebro, corazón y razones para entender que la otra persona no es mi clon y que tiene todo el derecho de decir "NO, muy a pesar de nuestro ferviente apetito sexual.

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viernes, 6 de junio de 2014

Cuando "mi mejor amigo" no me obedece


¿Has oído alguna vez esta frase, o tú lo has pensado en algún momento? Ese "mejor amigo" del hombre que no actúa cuando lo deseas, sino que se levanta cuando le da la gana.

Esta es una de las consultas más frecuentes que me llegan a diario. La disfunción eréctil que aparece en unos momentos cruciales y luego, todo vuelve a la normalidad; es intermitente y no responde a la toma de pastillas recomendadas por el amigo o el farmaceuta.

El hombre que presenta esta disfunción, llamada situacional, porque depende de algunas situaciones o parejas, es una persona que se angustia desde el comienzo del problema, y cada vez se altera más porque no entiende lo que le sucede a su cuerpo. Bueno, no a su cuerpo sino a su pene, que parece que tira para un lado y el pensamiento del dueño jala para el  lado opuesto.

Situaciones tan sencillas pero contundentes pueden originar este bloqueo. Enumero algunas, pero la lista es larga e incluye los temores, inseguridades, pensamientos, ambiente y hasta gestos o palabras de la pareja, que ocurren en el momento del encuentro sexual.

Por ejemplo:

  • Un sitio ruidoso, muy caluroso o demasiado frío.
  • Sentir que algo huele mal en el cuerpo de la pareja.
  • Pensar que tu pareja te puede dejar por otro que es mejor en la cama o "lo tiene más grande".
  • Sentirse cansado o enfermo en el momento de la relación.
  • Pensar en cosas que preocupan como las deudas, la tarea escolar aplazada o problemas familiares, entre otros.
  • Desagrado con la pareja por alguna razón escondida o poco atractivo físico hacia esa persona.
  • Darte cuenta que no trajiste un condón en el bolsillo y temer una infección o embarazo.

Y muchos, pero muchos pensamientos más o situaciones que te causan ansiedad en un momento específico, apagan tu erección y de ahí en adelante sigue pasando, aunque la pareja o la situación hayan cambiado positivamente.

¿Qué hago entonces?
Lo primero es que reconozcas que eso es lo que te está pasando y te identifiques con alguna razón que te inhibió en algún momento (pudo haber ocurrido hace mucho tiempo), para que manejes la ansiedad y te relajes. No pienses que eres "un impotente" desahuciado, pero hay que trabajar en el asunto.

Hablar con la pareja, mejorar el lugar de encuentro, o aprender técnicas de relajación si te pones nervioso, son buenas tácticas de autoayuda. Muchos hombres no necesitan ayuda especializada y pueden salir solitos del bloqueo de su erección.

Si en verdad "tu mejor amigo" nada que obedece a tus requerimientos, ponte en acción y consulta al sexólogo. En esta disfunción eréctil selectiva, la "pastillita azul" soluciona por un corto tiempo el problema, pero si no se elimina la ansiedad o el miedo, en cualquier momento aparece el bloqueo. Los procesos de sicoterapia junto con algunos fármacos, son los que aportan la solución definitiva a la desobediencia de tu pene.!Así que manos a la obra!

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