domingo, 23 de septiembre de 2012


Sexo con la almohada

Los sueños húmedos han sido sinónimo de cambios hormonales, la adolescencia y la eyaculación masculina. Pero, ¿quién dijo que las mujeres no tenemos fantasías eróticas mientras dormimos?

Alcanzar un orgasmo no es tarea única de la penetración. Se dice que el 2% de la población femenina tiene el don de tener un orgasmo con tan solo pensar en sexo, una capacidad admirable que solo se le puede atribuir al órgano sexual más poderoso, el cerebro.

Pero para el 98% restante de las chicas que todavía piensan que se necesita del miembro masculino o de un juguete sexual para estimularse, la clave alterna está también en una de las actividades más placenteras para el ser humano: el dormir.

Tener sueños sexuales es tan natural como comer o hacer ejercicio, es más, para cualquier persona soñar mientras dormimos es una necesidad que contribuye a la salud mental. Un experimento en el que se les impidió soñar a varios individuos, demostró que el resultado al despertar fue que se sintieron más irritables y cansados.

Para liberar toda esa carga del día, Morfeo nos ha obsequiado la capacidad de hacer realidad muchas fantasías a través de los sueños. Y aunque los sueños húmedos se les han atribuido directamente a los varones, las mujeres también tenemos la capacidad de excitarnos, lubricar y llegar a un orgasmo, muchas veces más intensos que cuando estamos despiertas.

A pesar de que sí es más frecuente en hombres que en mujeres, pues debido a que el pene es más sensible y está más expuesto al roce mientras se duerme, ellos tienen más facilidad para estimularse involuntariamente, provocar una erección y una eyaculación solo con soñar. Pero muchas todavía nos negamos a reconocer que hemos tenido sueños eróticos. La médica sexóloga Nereyda Lacera afirma que “Hoy en día las mujeres se apersonan más de su sexualidad, el componente de autoerotismo que enciende esa chispa en el sueño es la que nos obliga a liberarnos de tabúes e inhibiciones sexuales que no expresaríamos en público”.

Los sueños sexuales con alto voltaje son los que nos provocan un incremento en la lubricación vaginal, generalmente esas fantasías oníricas tienen como protagonista a nuestra pareja actual o en otros casos una celebridad con la que siempre hemos soñado estar.

Sabías por ejemplo que, ¿durante la menstruación, la ovulación e incluso durante el embarazo los sueños mojados aumentan?
Según el científico del sexo, el doctor norteamericano Alfred Kinsey, un 70% de mujeres y el casi 100% de los varones tienen sueños eróticos; en cuanto a alcanzar el orgasmo mientras se duerme el 37% de las mujeres estudiadas reportó haber experimentado orgasmos durante el sueño.

Y aunque se siga pensando que esto es una práctica de adolescentes, para los sueños húmedos no existe límite de edad. Una gran mayoría de mujeres que acuden al consultorio de su médico con problemas sexuales, han revelado que logran alcanzar el orgasmo en sus sueños y se despiertan con lubricación abundante, pero a la hora de tener actividad sexual con su pareja se bloquean.

Agosto 24 de 2012
Hablar de sexo con mis papás: ¡qué incomodidad!







La juventud avanza a pasos agigantados en la vida y pareciera que los jóvenes andan afanados buscando nuevas cosas que los transformen en adultos. Muchas veces, los padres de familia se alarman por la vida que los jóvenes quieren llevar: consumo de alcohol y drogas desde la primaria, relaciones sexuales precoces, salidas a rumbear hasta bien entrada la noche y otras conductas que los “viejos” – léase los papás – no entienden ni aceptan.

La sexualidad es un tema ausente en muchos hogares desde antes de que los hijos lleguen a la adolescencia y se vuelve más invisible cuando los chicos y chicas sobrepasan los 18 años. ¿Por qué ocurre esto? Por la incomodidad y vergüenza que el tema de sexo causa en los adultos que contribuye a que los hijos crezcan en el silencio y se vaya volviendo cada día más difícil hablar de algo que estuvo vedado todo el tiempo.

Así como los adultos prefieren callarse ante los hijos en los temas sexuales, los hijos también se avergüenzan o incomodan cuando surge una situación que revela su propia sexualidad. Sin embargo, la sexualidad debe ser un tema abierto y espontáneo en cualquier familia moderna, por lo que los jóvenes deben aprender a hablar de sexo con “sus viejos”.

¿Cómo hablar de sexo con los padres?
§  Lo primero que debes hacer es educarte en sexualidad si tus padres no lo han hecho. Los jóvenes actuales manejan perfectamente el internet y las redes sociales; si les sacas provecho podrás obtener toda la información positiva que requieras acerca del sexo buscando en las páginas de sicología o sexología. Así como duras horas y horas frente al computador, busca resolver tus dudas sexuales en la red durante unos cuantos minutos diarios.

§  Cuando se presente un motivo de conversación en la familia acerca del sexo, no pongas cara de que no sabes nada; seguramente a tus papás les da pena conversar sobre el tema. Habla espontáneamente sobre lo que conoces del asunto tratando de ajustar tu lenguaje a la edad y educación de los adultos presentes. No vas a hablar de sexo con tus abuelitos de la misma manera que lo harías con unos papás jóvenes. 

§  Reconoce que tus vivencias sexuales, sean pocas o muchas, no van a ser de obligatoria aceptación en tus padres. Es posible que hayas iniciado tu vida sexual y que tus papás no lo acepten; si ya eres mayor de edad y “tus cuchos” se oponen a ello, tienes la opción de seguir tu vida sexual a pesar de los regaños y peleas de los adultos, o bien, independizarte y empezar a asumir las responsabilidades propias del joven que se va de su casa paterna. 

§  Todos tenemos el derecho a preservar nuestra intimidad. Por ningún motivo, un joven está obligado a contar si tiene o no relaciones sexuales, si toma anticonceptivos o si tiene un noviazgo. Lastimosamente en muchas familias las jovencitas son maltratadas por sus papás cuando sospechan o descubren que tienen una pareja. Si deseas hablar del tema con los adultos, trata de hacerlo con asertividad en un ambiente propicio de diálogo y respeto. Si crees que no puedes hacerlo sola, busca el apoyo de un familiar o amigo cercano de tus papás.

§  Busca construir puentes de comunicación con los adultos. La sexualidad en la juventud es más enriquecedora cuando existe confianza con los papás para resolver dudas o pedir consejos; no siempre los amigos de tu edad van a ser los mejores consejeros. Si tus padres son renuentes a hablar contigo de sexo busca aliados en tu tío, tu madrina o un consejero.

§  La sexualidad en la juventud debe asumirse con todas las consecuencias que pueda traer. Así que debes prepararte con responsabilidad para una vida sexual activa; busca asesoría médica en planificación familiar y prevención de infecciones. Igualmente, la madurez que vayas adquiriendo te mostrará que el abuso de alcohol y otras sustancias causa problemas que pueden dañar tu vida y la de los demás. ¡La juventud no es sinónimo de vida loca!


Agosto 8 de 2012
La eyaculación precoz
J. llega a la consulta un poco tímido para contarme que tiene una eyaculación precoz desde que inició su vida sexual. Tiene 28 años y las parejas que ha tenido le han criticado su desempeño “por venirse rápido”; esto lo aleja de la posibilidad de tener novia y se siente muy deprimido e inseguro.

M. es un hombre casado, de 45 años, que presenta eyaculación precoz desde hace cinco años. Su esposa lo acompaña a la consulta pero manifiesta rabia porque él nunca antes había querido buscar ayuda, excepto alguna vez que compró una crema “retardante” en un sex-shop. Ambos están profundamente insatisfechos al punto de que duermen en habitaciones separadas y pelean todo el tiempo.

Los dos casos anteriores son una pequeña muestra de los hombres que padecen eyaculación precoz y que esconden su problema sexual porque les da pena, piensan que pueden mejorar con el tiempo o acuden a tácticas poco exitosas como respirar profundo o pensar en algo diferente mientras realizan el coito. Con el tiempo, la eyaculación no mejora y aumenta la angustia porque saben que dejarán insatisfechas a sus parejas y, a su vez, aumentará la insatisfacción en ellos mismos.

La eyaculación precoz es la disfunción sexual más frecuente en los hombres jóvenes; se habla de un 30 a 35% de varones que la padecen en el mundo. Ocurre cuando el hombre no puede ejercer control sobre su eyaculación de modo que “llega” al orgasmo más rápido de lo que realmente desea.

Para calificar a un hombre de eyaculador precoz, los sexólogos consideramos un tiempo menor de 3 a 4 minutos después de la penetración, o aquel que eyacula antes de la penetración; incluso, algunos pacientes confiesan que sólo con el inicio de las caricias, sin quitarse la ropa, ya están eyaculando.

Algunas veces, un hombre o su pareja piensan que hay una eyaculación precoz porque ella “es demorada” para obtener su orgasmo. En este caso es preciso revisar con cuidado la calidad de los estímulos que recibe la mujer que, sin son pobres o de corta duración, probablemente no le faciliten su clímax y creen entonces que el problema es del hombre.

Otras veces se observa que el hombre tiene encuentros sexuales espaciados, como el caso de aquel que trabaja en otra ciudad y al regresar a casa, llega con mucha ansiedad y su eyaculación será más pronta de lo esperado. Esta situación mejora a medida que la pareja va teniendo otras relaciones íntimas  en los días siguientes.

¿Qué causa la eyaculación precoz?
Se considera que toda experiencia sexual temprana que no permite que el hombre aprenda a detectar la señal que le envía el reflejo eyaculatorio, puede causar esta disfunción. Por ejemplo, los abusos sexuales en que el niño es inducido a masturbar a un adulto o la iniciación sexual de un adolescente en ambientes poco adecuados, se consideran situaciones generadoras de eyaculación precoz.

Otros casos que originan este problema sexual son el estrés, la depresión y la ansiedad, que se trasladan de manera inconsciente a la mente del hombre, impidiendo que pueda percibir la señal eyaculatoria. Esto explica la eyaculación precoz que aparece en un hombre que nunca antes había tenido problemas sexuales.

El tratamiento para corregir una eyaculación precoz se basa en medicamentos que buscan eliminar la ansiedad e inseguridad y permiten un mejor control eyaculatorio. Junto con los fármacos se recomiendan unos ejercicios que entrenan al paciente para que detecte a tiempo el momento pre-eyaculatorio y pueda controlar su propia eyaculación.

La terapia sexual para la eyaculación precoz es exitosa en la mayoría de los casos y se requiere unos pocos meses de perseverancia y disciplina para obtener el éxito que se espera. Es importante recordar que la pareja es fundamental en el tratamiento, tanto para tener en cuenta su grado de satisfacción sexual como para motivarla a que le brinde apoyo y confianza a su compañero; por eso, su compañía en las consultas garantiza unos resultados más rápidos.

El mejor consejo que le puedo ofrecer a un eyaculador precoz es que su problema tiene solución y que no es el único en el planeta que presenta esta disfunción sexual. Concientizarse de que algo está fallando en su sexualidad es el primer paso; el siguiente es dialogar con su pareja y buscar ayuda profesional.

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Julio 23 de 2012
Los miedos en el sexo









(Segunda parte)
A pesar de que el hombre ha sido el gran conquistador tanto de corazones como de territorios, no deja de ser una especie de niño asustadizo en la cama cuando se ve enfrentado a temores o inseguridades sexuales.

La mente es fundamental en el desempeño sexual; si las emociones o los pensamientos son de carácter negativo, la respuesta sexual se altera, independientemente de las ganas que se tengan. Indudablemente, un hombre que piense repetidamente que su pene no va a funcionar con esa pareja que desea tanto, pues no va a funcionar.

La cantidad de mensajes que recibe el niño acerca del sexo vinculado a su condición masculina y, a su vez, de poder mostrarse como un verdadero “macho” que va por el mundo teniendo sexo ilimitado y regando hijos por doquier, explican en parte los miedos y amenazas acerca de sus destrezas sexuales.

Si un hombre se avergüenza de sus genitales o duda de su capacidad para gozar y hacer sentir placer a su pareja, se angustiará cada vez que se ocurra un encuentro íntimo y terminará fallando gracias al poder inhibidor de una mente asustada y pesimista.

Algunos de los temores sexuales masculinos más observados son:

*El tamaño del pene: Son numerosas las afirmaciones científicas que desmitifican la creencia popular de que el placer sexual depende de lo largo y ancho del pene. Sin embargo, la gente sigue creyendo que el dueño de unos genitales grandes es un super-amante, cuando la realidad es que el tamaño no va en proporción directa con unos buenos polvos.

*Las erecciones automáticas y duraderas: al hombre se le ha educado en la creencia de que su pene se debe erguir automáticamente ante cualquier pensamiento o estímulo de tipo sexual; esta auto-exigencia se le torna a muchos en una carga terrible, especialmente cuando su condición física o mental no le permiten sostener una erección casi eterna o cuando su pene no responde porque está cansado o estresado.

*Las críticas de la pareja sobre su rendimiento sexual: Erróneamente se cree que el hombre tiene que rendir ilimitadamente en la cama como si fuera una máquina sexual que no siente ni piensa. Tanto ellos como ellas se sienten lastimados si las destrezas sexuales masculinas “no dan la talla” tal como lo creemos: una erección prolongada, coitos unos tras otros y una libido incontrolable, parecida a un animal en celo.

*La amenaza de un embarazo o infecciones: Muchos hombres que presentan fallas en su erección o su eyaculación, tienen miedos ocultos acerca del riesgo de embarazar a su pareja o de adquirir una infección de transmisión sexual, especialmente cuando no utilizan el preservativo. Esta amenaza es letal para un buen desempeño sexual porque, de manera inconsciente, se está bloqueando el disfrute real y espontáneo de la relación sexual.

*El miedo a perder el poder: ¡Cuántos hombres no se asustan ante una mujer activa, provocativa y con mucho conocimiento de las artes amatorias! Es contradictorio que el hombre moderno quiera una pareja que lo provoque y lo excite, pero en la realidad, eso los asusta al punto de que terminan bloqueados totalmente. Este miedo es producto del presunto dominio masculino en la cama, cuando la verdad es que el encuentro sexual debe ser equitativo, sin presunciones de que uno sabe más que el otro y que ambos van a aprender algo nuevo y rico.

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Julio 11 de 2012
Los miedos en el sexo
Hombres y mujeres por igual confiesan en mi consulta un sinnúmero de temores acerca del sexo que pueden terminar afectando la vida sexual. No olvidemos que el cerebro es el órgano sexual más importante del ser humano y si existen pensamientos o creencias negativos, estos terminan inhibiendo o bloqueando la respuesta sexual.

Por ejemplo, un hombre puede ser el mejor amante en la cama pero en algún momento termina con una pérdida de la erección porque siente miedo de ser cuestionado por la pareja acerca del tamaño de su pene. De igual manera, una mujer tiene la gran posibilidad de volverse frígida si teme un embarazo, así esté tomando la píldora anticonceptiva.

¿Por qué hay tantos miedos en el tema del sexo? La principal razón nace del concepto tradicional del sexo que lo relaciona con el pecado, la vergüenza y el tabú. No es gratuita la herencia milenaria que heredamos de nuestros antepasados que vincula aún la vida sexual con el placer malsano, con la deshonra de las mujeres y con el poder de los hombres que los agobia y los llena de más miedos.

En el caso de nosotras, fuimos educadas para ser buenas mamás y esposas y el sexo nos lo mostraron como algo deseable, pero enmarcado en el matrimonio y la reproducción. Nuestra cultura idealizó la felicidad femenina con la llegada de un príncipe que esperaba como regalo una mujer virgen y dispuesta a darle hijos. ¡Nada más! Se nos negaba el derecho a sentir, a desear o conocer de sexo porque eso no era propio de una dama.

Los miedos sexuales quedan anclados en las mentes de las mujeres en la medida en que no se puedan liberar de tantos prejuicios y mitos acerca del sexo. Revisemos los miedos más frecuentes:

*La primera vez: desde antes de que la mujer inicie su vida sexual ya está signada por el terror del dolor o sangrado en la primera relación sexual que tenga. Lastimosamente, nuestras jóvenes aún conservan el mito de la pérdida de su virginidad horrible y dolorosa, a sabiendas de que el dolor ocurre sólo en aquella que no esté suficientemente relajada y excitada.

Las relaciones prematrimoniales: una sociedad que prohíbe o cuestiona la vida sexual de sus mujeres es una sociedad inequitativa. Con la pretensión de que los hombres deben iniciar su ejercicio sexual desde que son jóvenes, se les proscribe a las mujeres esa misma vida sexual. Seguimos calificando al género femenino por el sexo y no por su inteligencia, tenacidad o responsabilidad; de ahí que “la zorra” merece menos respeto y consideración que “la dama o la correcta”, entendiendo que “la zorra” es aquella que se atreve a disfrutar su sexualidad plenamente.

*El placer y el cuerpo como culpa: Hace poco me escribió una jovencita que desea iniciarse con su novio pero teme profundamente que él la vea como un trofeo si eso ocurre. ¡Cuántas creencias malsanas y tontas manejamos las mujeres!

La educación sexual familiar todavía le inculca a las mujeres que el manoseo -léase las caricias-, los besos y las relaciones sexuales son asimilables a los hombres “que se quieren aprovechar de ellas”. Las frases que una niña escucha de sus padres son: “ellos son malos”, “sólo te buscarán para comerte”, “no te confíes de los hombres”, etc.

¿Puede luego esta mujer gozar de su sexualidad? Difícilmente lo logrará ya que en su mente rondan esos fantasmas que le impedirán disfrutar una caricia o desear un beso porque de seguro le harán daño.

*El rechazo de la pareja si ella “sabe más de sexo”: Es sorprendente lo que sucede en nuestros tiempos de modernidad y aparente libertad sexual. Los hombres se quejan cuando las mujeres son pasivas y poco seductoras, pero, al tiempo, cuestionan a las que son activas en la cama. No es extraño que en la consulta acuda un caballero que falla en la intimidad cuando su pareja le sugiere una posición o estímulo o si ella toma la iniciativa para protegerse con el condón.

Por supuesto, esas contradicciones humanas les impiden a las mujeres expresar abiertamente sus apetitos, su gratificación o sus necesidades en cuanto al sexo se refiere. Se ven obligadas entonces a disimular o aparentar con un resultado sexual pobre e hipócrita.

*El miedo a la desnudez: Cada vez más los medios de comunicación y la publicidad muestran cuerpos esculturales y rostros jóvenes como única meta para las mujeres. Esta presión causa un tremendo daño a la autoestima femenina porque nos hace creer que las gorditas, las que tienen arrugas o celulitis, aquellas con senos grandes o pequeños, etc., etc., deben cubrirse y apagar la luz mientras tienen sexo.

Si se cree que el cuerpo es feo automáticamente se bloquea la respuesta sexual. Así que una mujer que se avergüence de sí misma no podrá excitarse y mucho menos alcanzar un orgasmo; indudablemente, esos miedos que la acompañan no le permitirán gozar su sexualidad.

En la próxima entrega les contaré acerca de los miedos sexuales de los hombres.

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