lunes, 28 de mayo de 2012

Ellos también necesitan saber de sexo





Muchas personas aseguran que los hombres saben más de sexo que las mujeres y que, por lo tanto, son más expertos en los temas de cama. ¿Qué tan cierto es esto?
 Tradicionalmente, a los hombres se les ha permitido conocer, hablar y explorar sobre toda clase de temas sexuales debido a la tradición patriarcal de que las mujeres debían ser recatadas e inocentes. Así que nos enseñaron que ellos deben conocer y practicar más el sexo para convertirse en los profesores sexuales de las mujeres.
 Quizás por ese concepto erróneo es que los hombres son renuentes a educarse en sexualidad y piensan que nadie, incluída su mujer, sabe más que ellos sobre sexo. Por supuesto, es un grave error  suponer que uno se las sabe todas en la vida, incluyendo lo concerniente al tema sexual.
 ¿Cuáles son los temas que más creen conocer los hombres sobre sexo, sin que esto sea cierto?
·         El pene y su poder: desde niños nos hacen creer que el pene es un órgano omnipotente, asociado a la virilidad y sin derecho a fallar. De tal modo que un hombre cansado, enfermo o sin ganas, está expuesto a la crítica mordaz de los amigos “si su pene no funciona”. ¡Habráse visto tamaño mito que considera a la erección como un fenómeno perfecto que debe aparecer en cualquier momento, así el hombre no quiera tener sexo!

·         El tamaño del pene: volvemos al pene, al cual se le ha endiosado hasta el punto de que aquel hombre que posee un pene pequeño se siente “poco hombre”. A pesar de que la ciencia ha afirmado que el pene grande no asegura el placer de la pareja, todavía muchos hombres se angustian y buscan pastillas, unguentos, cirugías y hasta pesas que cuelgan de sus miembros, para estirarlos o engrosarlos y hacerlos así más apetitosos para las mujeres. En la consulta diaria me doy cuenta que existen muchos amantes con penes chiquitos que brindan más placer sexual que aquellos grandes que envidian los amigos.

·         El orgasmo de las mujeres: puedo afirmar sin temor a equivocarme que un número importante de hombres no conocen la respuesta sexual de sus parejas. A veces, ni siquiera saben localizar el clítoris para estimularlas como se debe. Los que creen saberlo todo piensan que tocando un poquito por aquí y otro poco por acá, ya pueden buscar la penetración; olvidan que el cuerpo femenino es mucho más que una boca, unos senos o una vagina, y dejan a la pareja de turno frustrada en la mitad del camino, porque su única meta es penetrar y llegar al orgasmo.

·         La cantidad más que la calidad: hasta los jóvenes actuales están convencidos de que las mujeres “piden y piden” en la cama, sin detenerse a pensar que la penetración no es la única meta satisfactoria en una relación sexual. Me atrevo a preguntar esto: ¿qué espera un hombre que toma Viagra u otra pastillita para prolongar una erección en el fin de semana? Probablemente, su ego se inflará al ver que su pene erguido le va a permitir varias horas de placer, pero se habrá preguntado ¿qué es lo que desea su pareja? La cantidad de orgasmos no es lo que identifica un rato de éxtasis, sino la calidad de las caricias, estímulos y ternura que le provea a la otra persona en la cama.

·         El autocuidado sexual: el condón, la fidelidad y la abstinencia sexual son enemigos mortales de una cantidad considerable de hombres. En pleno siglo XXI escucho frases como estas: “ella es la que tiene que cuidarse”, “con el condón no siento placer”, o, “el hombre fiel es un maricón”. No olvidemos que la salud sexual es parte de una vivencia sexual sana y responsable. ¿Acaso vale la pena, por “picarlélas de macho”, que riegues hijos por el mundo, o que adquieras una infección o irrespetes a tu esposa por una infidelidad? Recordemos que los derechos sexuales involucran la participación y compromiso activo de hombres y mujeres.

Espero que hayas reflexionado sobre estos temas sexuales y reconozcas que todos y todas necesitamos educarnos a diario sobre el sexo. 

Consejos para ser un mejor amante

como ser un buen amante
La vida sexual moderna depende de varias cosas diferentes al deseo sano de dos personas de tener relaciones para encargar un bebé o de compartir un rato de placer. Ahora, hombres y mujeres tienen a la mano una cantidad de recetas, consejos, terapias y un sinfín de elementos que buscan inyectarle mayor creatividad y disfrute a los retozos en la cama.
Por supuesto no faltan aquellos que se sienten incomodos, avergonzados o acomplejados, cuando se habla de tener una vida sexual rica, alejada de tabúes y sentimientos de culpa. Sin embargo, debo decirles que una vida de pareja se enriquece también con buen sexo.

La verdadera intimidad se construye con amor, respeto, tolerancia y sexo. No importa si tu prioridad sexual esté en primer o último lugar en tu relación amorosa, las relaciones sexuales estrechan los lazos de amor y retroalimentan el deseo de estar uno junto al otro.
Así que te sugiero que dejes a un lado los remilgos, la vergüenza o la pereza para que oxigenes tu vida sexual que, sin darte cuenta, está apagada, frustrante o, peor aún, desapareció hace tiempo de tu cama.
He aquí algunos consejitos que te permitirán ser un(a) mejor amante:
*Si olvidaste seducir a tu pareja vuelve a hacerlo. Es normal que la costumbre de estar durmiendo al lado de otra persona apague el fuego de una mirada insinuante o un roce sugestivo; pero es peligroso tratar a la pareja como un hermanito o hermanita. Elogia, acaricia, envía mensajes provocadores y besa como en tus viejos tiempos.
*Arregla el cuarto de vez en cuando con unas sábanas limpias y perfumadas, ponte una ropa interior seductora (no a las pantaletas o calzoncillos rotos o viejos) y compra unas velas o aceites con aromas. Inventen nuevos sitios para tener sexo diferente al cuarto matrimonial.
*No empieces tocando los genitales de tu pareja a no ser que esto lo hagas ocasionalmente. En especial, a las mujeres, nos desagradan las caricias torpes, el sexo de afán y los amantes que solo piensan en ellos. Habla antes y durante el encuentro y pídele a tu pareja los estímulos que más te excitan.
*Si algo no salió como esperabas, no se lo digas en el momento y mucho menos en tono de reclamo o rabia. Sé prudente, pero eso sí, habla después para mejorar las cosas.
*La rutina es el peor enemigo de la vida sexual, así que proponle cosas nuevas, ambientes diferentes y técnicas innovadoras. Entre dos amantes es bienvenida toda propuesta que sea aceptada por los dos y que no les haga daño.
*Controla los distractores del buen sexo: los hijos, la puerta sin seguro, el televisor, el computador, el teléfono, etc. Muchas parejas se separan por una telenovela o un partido de futbol. Todo tiene su tiempo y su espacio.
*Por último, habla con tu pareja sobre sexo. Lean sobre el tema, busquen asesoría profesional y pida ayuda si cree que hay problemas sexuales no resueltos..

jueves, 17 de mayo de 2012

Mujer: con puños, patadas o insultos te debo corregir…

Imagínese en este instante que está rodeado por cinco mujeres de su familia (mamá, abuela, tía, hermana, hija, prima, novia o esposa); ahora suponga que le cuentan que dos de esas mujeres son violentadas por un hombre.
¿Cómo se sentiría usted?
¿Qué reacción tendría usted hacia ese hombre?
¿Reaccionaría igual si el hombre que ha insultado, pellizcado, golpeado o violado a esas mujeres ha sido usted?
Sí, USTED, el hombre que dice amarlas, que nació de mujer y que seguramente no es tan macho con otros hombres como sí pretende ser “muy macho” con las mujeres.
La Encuesta Nacional de Demografía y Salud de Profamilia (ENDS, 2010) reporta la cifra vergonzosa de un 37 por ciento de mujeres que admitieron ser víctimas de maltrato de parte de su pareja, incluyendo el ex-novio o ex-esposo, con conductas que van desde el zarandeo, golpes con la mano o con algún objeto, amenazas con armas o intento de homicidio.
El 65 por ciento de las colombianas encuestadas reconocieron que sus parejas las controlan de diversas formas, como obligarla a decir adónde va, ignorarla, acusarla de infidelidad, prohibirle las visitas de amigos o familiares, humillarla en público y en privado, amenazarla con quitarle los hijos o con el apoyo económico.
Uno puede pensar que la violencia contra las mujeres se da hacia las  adultas y en los estratos más pobres. Pero no es así: el informe Forensis de Medicina Legal afirma que las niñas entre 10 y 14 años también son maltratadas por su pareja. Los novios, por ejemplo, tratan de controlar a sus chicas con jalones de pelo o empujones sutiles, casi imperceptibles, o con prohibiciones de contacto con sus amigos. Desde este momento empieza la escalada de violencia hacia la mujer.
A pesar de que la violencia contra la mujer es un delito, todos los días en Colombia, se maltrata a la mujer y esto es producto de varios factores que desconocen la igualdad de derechos de hombres y mujeres: el machismo, las creencias que reconocen al hombre como “el jefe” del hogar, la pobre autoestima de la mujer, la educación que presupone que las mujeres deben obedecer a los hombres de la casa, entre otros.
A veces somos cómplices de la violencia contra la mujer sin darnos cuenta. Frases como estas las habremos pronunciado alguna vez:
o    No nos debemos meter en problemas de pareja, ¡allá ellos!
o    Si le pegaron, “algo habrá hecho” y se lo merecía.
o    Es que ella es muy cansona y le hace perder el control al marido.
o    Aguanta el maltrato por el bien de tus hijos.
o    ¡Te dije que al hombre borracho no se le hacen reclamos!
o    Pobrecito, es que él fue maltratado cuando era niño. ¡Debes comprenderlo!
o    ¡No es para tanto! Un empujón o cachetada no es nada del otro mundo.
o    ¡El pobre está muy estresado porque no tiene empleo! Ten paciencia que se le pasará.
El maltratador tiende a ser controlador y susceptible a cualquier situación que le haga perder el control mostrando ansiedad, rabia y agresividad verbal o física. Cualquier intento de la mujer por solucionar la causa de su enfado es inútil y el hombre se distancia de ella por unos minutos, horas o días hasta que explota violentamente.
Lo curioso del asunto y que puede confundir a la víctima es que el hombre muestra arrepentimiento después de un tiempo y trata de buscar el perdón de la mujer, ya sea con regalos, serenatas u otra muestra de amor. Esta fase es llamada “la luna de miel” porque, finalmente, la víctima lo perdona y éste se siente seguro en la relación y vuelve a tomar el poder; mientras tanto, la mujer mantiene la ilusión de que las cosas cambiarán y aparentemente todo vuelve a la tranquilidad. Días o meses después se repite el ciclo de violencia una y otra vez, perpetuándose durante años y años y años.
Mujer, nadie tiene el derecho a maltratarte por ningún motivo. Apóyate en un familiar, un sicólogo o la policía, pero no permitas la violencia en tu vida. Si la aceptas desde el primer momento en que ocurra, cada vez será más difícil alejarte de tu victimario. 

sábado, 5 de mayo de 2012

Cómo hablar de sexo con la pareja



La comunicación abierta y sincera en la pareja constituye uno de los pilares de la armonía conyugal; los matrimonios hablan todo el tiempo de los hijos, las deudas, la familia y los amigos. Pero, casi nunca las personas hablan abiertamente de sexo con su pareja debido a diferentes razones: por vergüenza, porque creen que no hay necesidad o porque no encuentran el momento adecuado y aplazan el tema una y otra vez.

Señalaré algunos truquitos que servirán para mejorar la comunicación sexual con tu pareja:

  •     Haz un balance del grado de satisfacción sexual que tienes con esa persona que amas: la frecuencia de relaciones sexuales, la calidad de las mismas, si sientes placer o no durante los encuentros íntimos, etc. Invita a tu pareja a revisar estos elementos y hagan una lista de las cosas que podrían mejorar en la intimidad.
  •     Si te da pena conversar abiertamente de sexo con tu pareja, escríbele una carta, envíale un correo electrónico o, simplemente, déjale una notica debajo de la almohada. Puedes sugerir pequeños cambios en la manera como te gustaría que te seduzca, el tipo de caricia que te estimularía o un sitio diferente para mejorar la intimidad.
  •    Durante la relación sexual es importante acudir a palabras directas, susurros, gestos o lo que se te ocurra para que tu pareja sepa que estás disfrutando el momento. Eso los excitará a los dos.
  •    Busquen juntos salir de la rutina que trae la convivencia de muchos años, la presencia de los hijos, las preocupaciones cotidianas y el cansancio diario. Dediquen un tiempo para ustedes solos cada cierto tiempo y siéntanse libres de evocar aquellas caricias que los volvían locos en los primeros años de su relación.
  •     El sexo oral es el mejor estímulo erótico para una pareja: hablar con confianza y sinceridad, con la seguridad de que cada uno tratará de complacer al otro, sin presionarlo, pero con el deseo profundo de construir una verdadera intimidad que conduzca a la gratificación y el placer mutuo.

Que el sexo casual no te arruine la fiesta


Dice una hermosa canción vallenata: “ya comienza el festival, vinieron a invitarme…”, representando la alegría de cientos de personas que se preparan para gozar el Festival Vallenato. En medio del jolgorio aparecen nuevas amistades, invitados foráneos, parrandas, licor y trasnochos; los provincianos que quedamos en la capital – como dice la canción – nos evocamos esos días de caja, guacharaca y acordeón con mucha nostalgia.

Los días de fiestas deben quedar en la memoria de cada persona como momentos chéveres, sin consecuencias dañinas que le causen arrepentimiento a alguno que se sobrepasó en las mieles del licor o del amor. Y es en este punto en que quiero invitar a los lectores a reflexionar sobre el sexo causal, “el polvito de un rato”, que ocurre con más frecuencia en las fiestas propias de cada región.

Muchos sicólogos han afirmado que tener relaciones sexuales casuales le causa más daño a la mujer que al hombre porque este último lo toma como algo esporádico, sin compromisos ni seriedad alguna. Mientras que las mujeres, según estos sicólogos, se sienten utilizadas y decepcionadas al darse cuenta que después de la relación no habrá ni una llamada ni un compromiso.

Sin embargo, la experiencia clínica me ha mostrado que las mujeres están disfrutando el sexo casual tanto como ellos, sin que esto signifique que se están prostituyendo. Simplemente, estas personas disfrutan el ratico de placer y no le dan otro significado que un momento de rumba, disfrute o como se le quiera llamar.

Algunos no entienden que pueda existir el sexo sin amor; sin embargo, el sexo no está ligado necesariamente a ese sentimiento. Dice la sicóloga clínica Marta Arasanz, miembro de la Federación Española de Sexología: “el ser humano posee un gran abanico de sensaciones, como la atracción, el deseo, el cariño, y de ahí surgen las relaciones sexuales”.

Sea cual sea la visión de los involucrados en la aventura del sexo casual, debe pensarse en una especie de manual de instrucciones para no lamentarse días o semanas después. Al comienzo es una fiesta, se entrecruzan las miradas, se desata la pasión y terminas en la cama. Todo ocurre en pocas horas pero los lamentos sobrevienen después.

·         Trata de que tus sentimientos no se involucren porque puedes resultar lastimado. Si eres una persona romántica que busca una pareja estable, ni por un segundo pienses en un encuentro sexual de una noche.

·         Sea conocida o no la otra persona con la que tendrás sexo casual, debes evitar las infecciones de transmisión sexual y el embarazo. Usa el condón desde el inicio de los preámbulos; recomiendo tenerlo en el bolso o la billetera porque, en medio de la embriaguez y la farra, pocos piensan en comprarlo.

·         A pesar de que la experiencia sexual será momentánea, debes ser un amante integral; recuerda que la calidad es mejor que la cantidad y ambos deben quedar satisfechos.

·         Ten en cuenta tus creencias y conceptos: si crees que vas a tener sentimientos de culpa o rencores es mejor que te alejes de las relaciones sexuales casuales

·         Si la relación se desarrolla en tu vivienda, debes ser cuidadoso con la persona que invitas. Puede que ese amante de una noche apasionada sea un delincuente o un abusivo que se quede amañado en tu casa.

·         Si la única manera de relacionarte con una persona es por medio del sexo momentáneo, busca ayuda porque algo te impide tener una pareja estable.

Deseo a todos unos días de fiesta deliciosos sin olvidar que una resaca de licor o sexo puede desencadenar malos recuerdos, a veces nocivos o muy dolorosos. 

Las maneras erróneas de educar sexualmente


Quizás me vuelva repetitiva cuando afirmo que los padres de familia son los primeros educadores sexuales de sus hijos e hijas. Pero insisto en esto porque muchos adultos que tienen a su cargo la educación y crianza de los niños, incluyendo a los abuelos, tíos y hermanos mayores, creen que la educación sexual es asunto de los colegios, o lo peor, que los pequeños se van “criando solitos” y aprenden de sexo en el camino de la vida.

Y es que uno de los principales métodos de educación sexual es precisamente el silencio; el no hablar de sexo y callar ante las preguntas de los niños, es la forma más frecuente como fuimos educados los adultos de hoy. Los adultos piensan – equivocadamente – que el silencio en la casa frente a temas sexuales, evitará que los pequeños sigan haciendo preguntas o comentarios de ese tipo.

Esta manera de educar es nociva porque les hace creer a los hijos e hijas que el sexo es un tema prohibido o misterioso del que no se debe hablar. El pequeño se puede preguntar por qué el papá no le responde una inquietud acerca del embarazo de su mamá, por ejemplo, y en cambio, le responde rápidamente acerca de un comentario sobre el sol y la luna.

La segunda forma errónea de educar sexualmente en la infancia es la evasión o aplazamiento. Por ejemplo, cuando la niña le pregunta a su abuela qué es el condón y ésta, avergonzada y asustada, le dice que debe terminar sus oficios en la cocina. Si la abuelita evade el tema porque no sabe cómo manejarlo, la niña aprenderá que no vale la pena volver a consultarle y no habrá confianza posterior para otros temas sobre sexo.

El aplazamiento se observa también cuando un padre de familia piensa que su hijo de 9 años no tiene por qué saber nada sobre sexo a pesar de la curiosidad que está mostrando; el papá aplaza cada año la información que el niño está requiriendo y, cuando inicia sus relaciones sexuales, el papá busca desesperadamente hablar con ese niño que creció y que no fue educado a tiempo.

Otra modalidad desacertada de educación sexual es la censura o el castigo. Por fortuna, ya poco se observa la cruel manera de castigar al niño “preguntón” que tuvo la osadía de hablar de sexo en su casa y, por eso, lo castigaban quemándole sus manitas o rompiéndole la boca. Pero todavía sé de muchos hogares en que desaprueban, especialmente a las niñas, la inquietud y curiosidad sexuales propias del ser humano.

La censura en temas sexuales es uno de los métodos de educación sexual más desafortunados porque conlleva a miedos, prohibiciones y tabúes, con las consecuencias negativas que esto genera en la vida sexual de los humanos.

El último método para educar en sexualidad a los niños, tan dañino como los anteriores, es el de la delegación: es decir, cuando la mamá le “pasa la pelota” al papá o a otro familiar. Comprendo que no es fácil hablar de temas de sexo con los pequeñitos, pero así como usted trajo un hijo al mundo y lo está criando, con errores y aciertos, también debe asumir que la educación sexual es responsabilidad suya.

Los medios de comunicación, el internet y otras formas de educarse sexualmente, deben aprovecharlas los padres de familia para hablar de sexo con los hijos e hijas sin vergüenza ni malicia. En la medida en que usted vea el sexo como algo natural, así también podrá hablar del tema con naturalidad y sin morbo, no sólo con sus hijos pequeños, sino también con el resto de la familia.

La mujer "fría" en la cama


¿Has sentido alguna vez como mujer, que tus amigas o familiares hablan animadamente sobre su vida sexual placentera, mientras tú padeces en silencio una falta total de deseo y más bien quisieras que tu pareja no te invite a tener sexo? ¿O, como hombre, te has sentido desanimado porque tu pareja no responde a tus caricias y reiteradamente saca excusas a tus invitaciones sexuales?

La frigidez, nombre pasado de moda en el campo de la sexología, es un trastorno sexual que afecta a miles de mujeres que no sienten placer sexual. Hoy se le llama trastorno de excitación general porque se manifiesta tanto en el deseo ausente, como en la excitación y el orgasmo subsecuentes, durante el encuentro sexual.

La respuesta sexual humana está compuesta por varias etapas: el deseo o libido, la excitación y el orgasmo. En el trastorno de excitación general, todas las fases de la respuesta sexual están apagadas, de tal forma que a la mujer ni le apetece el sexo, ni se excita, ni tiene orgasmos.

Esta disfunción sexual es más frecuente de lo que parece; a veces, ni la pareja de la mujer disfuncionante percibe el problema, porque ella finge y hace esfuerzos para complacerlo. Esta situación que se repite una y otra vez a lo largo de la vida sexual de la mujer, se convierte en un suplicio que conduce cada vez a mayor frustración y depresión.

¿Por qué una mujer es “fría” en la cama? Existen múltiples causas del trastorno de excitación femenina. Desde alteraciones hormonales, neurológicas y genitales, hasta el consumo de medicamentos, alcohol y drogas, que entorpecen el mecanismo fisiológico normal de la respuesta sexual.

Además de las causas orgánicas, se observan factores sicológicos derivados de una educación sexual ausente o represiva, creencias religiosas que culpan al sexo de todos los males, abusos o violaciones sexuales, o una pobre autoestima y autoimagen que convencen a la mujer de que es fea e indeseable.

Cuando este problema sexual ocurre en la mujer desde que comienza su vida sexual, se le llama primario y tiene un pobre pronóstico. Sin embargo, en la terapia sexual moderna se logran buenos resultados, especialmente cuando la paciente se muestra decidida a involucrarse activamente en el tratamiento y se concientiza de los prejuicios y tabúes sexuales que le impiden gozar el sexo.

El trastorno de excitación secundario se da en la mujer que llevaba una vida sexual satisfactoria y progresivamente va desapareciendo esta gratificación. Por lo general, ocurre en aquellas que tienen problemas conyugales crónicos acompañados de desilusión o rabia. Por ejemplo, esa mujer que descubrió una infidelidad del esposo y, sin darse cuenta, se bloquea en ella la posibilidad de excitarse y obtener placer sexual. Recuerdo a propósito el caso de una paciente que llegó a consultarme porque no sentía “ni cosquillas” cuando su esposo la acariciaba y tenía el antecedente que él la había rechazado veinte años atrás, cuando quedó embarazada y su pareja no quería apoyarla. Aunque la situación se resolvió cuando él le pidió perdón, su inconsciente todavía guardaba ese resentimiento profundo que tanto daño le hizo.

Si una mujer padece este problema sexual, tiene todo el derecho de conversar con su pareja buscando su comprensión y apoyo. Pero, es difícil que por sí sola salga de esta disfunción. Se necesita la ayuda profesional para que pueda mejorar y obtener el mismo goce sexual que ha envidiado de sus amigas.

Cuando las mujeres no se quieren


Todos los días oímos hablar de la autoestima, de querernos más y de pensar más en nosotras. Las revistas, los programas de televisión y radio, los sicólogos y hasta algunas cantantes modernas proponen en sus temas mejorar nuestra autoestima y defender nuestros derechos en una sociedad machista que se niega a abandonar el maltrato y discriminación a la mujer.

En el día de la mujer sería bueno que las mujeres nos preguntáramos qué tanto hemos hecho por reforzar la autoestima y evitar que los demás nos utilicen todo el tiempo como alfombra para pisotearla y, muy de vez en cuando, por no decir que nunca, nos endulcen el oído con una chocolatina o una flor.

Hace poco conocí el caso de una mujer adulta, trabajadora y responsable de su hogar, que lleva 25 años de matrimonio infeliz porque el esposo la ofende de palabra casi a diario. Seguramente ese cuarto de siglo colmado de sufrimiento, llanto y depresión, ha transcurrido para esta mujer en espera de que su marido “cambie”, tal como se lo ha prometido un sinfín de veces. La pregunta viene al caso: ¿es justo esto?

Cuando una mujer soporta con resignación una vida de irrespeto y maltrato es porque tiene unas razones que le brinden la esperanza de que las cosas vayan a mejorar algún día. Puede ser porque depende económicamente de su esposo, porque le da pena que su familia la vea sola, porque le teme a la crítica de los demás, porque no quiere someter a sus hijos a la ausencia del papá, etc., etc., etc…

Es comprensible entender las excusas que tiene una mujer para no abandonar al hombre que jura amarla pero, ¿a costa de su dignidad? El rollo del asunto está en la escasa posibilidad que se da esta mujer de pensar primero en ella, antes que en los demás. Y aquí entra a jugar un papel importante la autoestima, es decir, la capacidad de amarnos y de hacernos respetar.

La baja autoestima femenina se observa tanto en la vida de pareja como en todos los aspectos de la vida de las mujeres. En aquella que acepta que el marido la golpee, la maltrate de palabra, le impida las visitas a su familia o le prohíba trabajar fuera del hogar. También en esa anciana que continúa atendiendo a sus hijos adultos como si fueran niños y no les exige que ellos también deben colaborar en los oficios de la casa.

La autoestima baja se refleja en los millones de mujeres que fingen el orgasmo para que sus parejos no se sientan “menos hombres” ni las cambien por otras. Igualmente, en esas mujeres que empeñan hasta su futuro para someterse a costosos  tratamientos estéticos buscando verse más bonitas ante los ojos del marido cornudo que ya no las ama.

Y qué decir de esas mujeres que no pueden vivir solas porque dependen emocionalmente de los padres, de los hermanos o de los hijos varones. Le tienen pavor a la soledad porque se sienten desvalidas y creen que no sobrevivirán sin un hombre que las cuide o que reclame por ellas cualquier asunto de la vida cotidiana.

Los ejemplos anteriores son una pequeña porción de los innumerables casos que encuentro en mi práctica profesional y que evidencian una pobre autoestima en muchas de nuestras mujeres. Las madres deben hacer un esfuerzo para enseñarles a sus hijas las habilidades sociales que fomenten una buena autoestima en ellas, pero también, todas las mujeres jóvenes y adultas tienen que empezar a reconocer las debilidades en su amor propio que, sin darse cuenta, contribuyen a permitir que las otras personas les falten el respeto, les desconozcan sus derechos y les pisoteen la dignidad que se merecen.

Consejitos para mejorar la autoestima

  •           No te compares con nadie: Cuando alguien se mira comparándose con los demás tiende a idealizarlos y ponerlos en un pedestal. Dios te regaló cualidades que debes cultivar y sacarlas a relucir constantemente. Todo el mundo tiene cosas positivas y negativas al igual que tú.

  •          Acepta y ama tu propio cuerpo: Los cuerpos y caras que nos muestran los medios no corresponden al gran resto de mujeres de este planeta. Algunas cosas se pueden cambiar si no te agradan – sobrepeso, cabello rizado, una nariz prominente_ pero tienes que aprender a vivir con el cuerpo que tienes y no permitas que los demás te critiquen.
  •          Valórate como mujer: Al igual que todos los seres humanos, mereces respeto en todos los roles de tu vida, ya sea como madre, esposa, novia, hermana o amiga. Nunca dejes que pisoteen tu dignidad ni con palabras o gestos.
  •         Cambia lo que no te gusta o lo que te hace sufrir: Como dice la ranchera: “nada es eterno en el mundo”. Los hijos se van, el amor se puede acabar, el maltrato no debe perdurar. Si no tomas decisiones por ti que te lleven al bienestar y paz que necesitas, nadie lo hará por ti. Recuerda que eres dueña de tu vida y sólo tú tendrás que actuar para beneficio propio y de los que te rodean.